Siempre son novedad, de fisura, de ruptura, nueva narrativa, nueva poesía, la verdad de la milanesa, lo último en guarachas, la vanguardia de vanguardias.
Siempre son monstruosos, innovadores, visionarios.
Diamantes en bruto en la craquelada actualidad que, aunque van en franco ascenso, por algún doloroso azar o injusticia aún no son reconocidos como debieran –esto claro hasta que el ojo agudo del editor o del compilador los rescata- .
Quiero escritores que vayan a lo profundo, nuevo o viejo, a lo profundo.
Quiero creerles, quiero que se note que hay laburo y conciencia y respeto por el oficio, aunque más no sea para cagarse en todas sus reglas después, pero que no sean como recién llegados adjudicandose la invención de la pólvora.
no hay nada nuevo bajo el sol, salvo tu forma de ver el mundo.
Viernes 1:35 pm, el sol bien arriba recortando las sombras al mínimo, más cruel y más blanco que nunca, quemando las peladas de los señores que llegan un poco tarde a comer a casa…
Pienso en esta siesta mientras camino hacia un lugar más amable y fresco, que a veces el mundo se empeña en hacernos caer, pienso en que a veces no dan ganas de creer, que con calores así dan ganas de terminar el año un mes y medio antes, de rendirse.
Soy una persona sencilla, llena de clichés que a veces se instalan en mis costumbres para servirme de amuleto: Siempre que tengo que caminar durante la siesta con calores así, vienen a mi cabeza las mismas cosas, mezcladas con lo diario… recuerdo algunos cuadros de Hopper: un pintor que estaba obsesionado con esas habitaciones de hotel solitarias y sin cuadros, habitaciones con ventanas sin cortinas que miran hacia trigales, prolijos, vacios y amarillos.
Otras veces bajo el sol de mediodía viene Raymond Carver y las historias de los perdedores en el patio trasero del sueño americano: siempre que leo sus historias y sus personajes me los imagino transpirados, como si fuera el verano a la siesta lo que nos hace rendirnos y no las miserias que cargamos.
Pero a veces si tengo suerte viene simplemente el tema Summertime:
verano,
Y la vida es fácil
Los peces están saltando
Y el algodón es alto
Tu papá es rico
Y tu mamá es linda
así que bebe, shhh
No llores
Una de estas mañanas
te vas a levantar cantando
después, extenderás tus alas
y subirás al cielo
Pero hasta esa mañana
No hay nada que pueda hacerte daño
Con papá y mamá
cuidándote
Verano
Y la vida es fácil
Los peces están saltando
Y el algodón es alto
Tu papá es rico
Y tu mamá es linda
así que bebe, shhh
No llores
pienso en esto y recuerdo que en la temporada pasada hablamos justamente de cómo había formas de poesía que no eran consideradas como tales… las letras de canciones son las que más cerca están de ser aceptadas pero justamente por eso es a veces tan cruel que no lo sean oficialmente…
está claro, las letras están pensadas para una música, por lo tanto si las leemos sin ella tendrán un ritmo propio, particular, a veces lejano al ritmo conocido en la poesía… y qué? Estas cosas importan a aquellos que gustan de embalsamar a la literatura, de convertirla en algo perfecto y eterno y por lo tanto sin vida.
Al resto de los mortales quizás nos conmueva la manera en que esos autores llegaron a entendernos sin conocernos o pudieron generarnos sensaciones y emociones de la nada.
cuando logro llegar a casa, al refugio fresco, en un momento mínimo de claridad sé que hay días en los que dan ganas de rendirse, ganas de no trabajar, de no creer; se que a veces dan ganas de no amar, de no arriesgarse para por una vez en la vida estar seguros de no perder…
sin embargo hoy, bajo este sol de mediodía y al resguardo de este techo, intuyo que mañana cuando lea esta “temporada” estará lloviendo -ya lo va avisando Eschoyez- y entiendo que se puede descansar pero nunca detenerse, así son los ciclos de la vida: los mediodías con demasiado sol, al igual que nuestros pesares, no son eternos. Nada lo es.
(*) columna "temporada de migrañas" emitida en el programa radial "Sangre de monos"
http://www.subcodefiestas.com.ar/2011/11/summertime.html