Armonía
"La belleza es estar en armonía con los otros"El filósofo italiano dio una conferencia ante un gran auditorio
En la sede de la Academia Nacional de Bellas Artes y ante un auditorio desbordado de público (mucha gente se quedó afuera), el filósofo italiano Gianni Vattimo, célebre por haber acuñado el concepto de "pensamiento débil" -entre otras nociones filosóficas que tuvieron reconocimiento mundial-, habló anoche sobre la relación entre arte y violencia, en lo que fue la primera de una serie de conferencias que dará durante su estada en Buenos Aires.
A lo largo de una charla que matizó con chistes y anécdotas, Vattimo desgranó sus reflexiones acerca de diferentes aspectos del arte en distintos momentos de la historia. El filósofo dijo, por ejemplo, que tras la Primera Guerra Mundial sobrevino en el arte un cambio profundo: una toma de conciencia, sobre todo por parte de los artistas, del sentido y de la responsabilidad social de las expresiones estéticas, que, con el advenimiento de las vanguardias, trataron de salirse de cierta neutralidad puramente estética.
"Fue Duchamp -señaló Vattimo- quien, mediante su gesto iconoclasta de presentar un mingitorio como obra artística y bautizarla «Fuente», intentó liberar al arte de su neutralidad."
Para el filósofo turinés, el arte puede ser señalado como tal cuando el objeto de contemplación logra ocupar una parte del espíritu de quien lo contempla. Señaló, en cambio, las dificultades que existen para definir en forma taxativa a la violencia, a la cual se nombra, dijo, en contraposición a los términos que definen la libertad.
Inaugurar un mundo
"La obra de arte, en el sentido que le da Heidegger -afirmó-, es lo que produce la inauguración de un mundo. En ella se destaca, particularmente, la capacidad de despertar en el observador dos sensaciones: por un lado, el sentido de extrañamiento, y por el otro, una sensación de tranquilidad. Entre ambas sensaciones se puede articular toda una serie de juicios estéticos y críticos que nos conducen a la experiencia artística."
Pero el filósofo enfatizó que la experiencia artística más conmovedora es la que nos sacude y la que nos aleja de nuestra propia serenidad. "En el arte es necesario cierto disgusto; si no, la obra dice poco", afirmó, y enseguida se preguntó: "¿Con qué derecho el arte viene a perturbarnos?". Para responder, citó a Benedetto Croce y dijo que el arte de la modernidad ha venido a ocupar lugares propios de la religión, que hacen de la contemplación un espacio lleno de misticismo. Insistió también en el carácter ritual de la fruición estética.
"El objeto de contemplación ocupa el lugar casi de un sujeto -dijo-, provocando una experiencia dialéctica. Si no encuentro algo contra lo cual yo pueda chocar, no me pasa nada", explicó, de allí que mucho en el arte de la contemplación esté empapado de cierta violencia, entendida como emoción perturbadora.
Vattimo se refirió también a la valoración actual de la belleza y dijo que ésta siempre es entendida según el contexto de la época. "Para nuestra experiencia estética, definir hoy la belleza se torna más que problemático. Pero en líneas generales la definiría como una experiencia de integración, una sensación de estar en armonía con los otros."
Loreley Gaffoglio
(Gracias Raúl!)
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