Across the universe



Dice el poema:


en medio del rocío
soledad
no dice demasiado
que el frío no entre al santuario
invisible planeta enano
se toma
millones de años
para llegar a tu ventana


El libro de poemas Shampú en los ojos de Jorge Naparsteck es pequeño, color crema, tiene este nombre raro que nos remite a ese ardor en la cornea, ese ardor que nos hace cerrar fuerte los ojos, que nos hace llorar para limpiarnos, que nos hace mirar al agua con los ojos abiertos en busca de alivio. Ese ardor que casi nos ciega.
Pero el tamaño del libro es solo un camuflaje y su color también, en él están las frases como concentrados de palabras, cúmulos de intensidad que a veces tardan en llegarnos por completo; como la luz de esas estrellas.


Envuelto en vapor
el paneta gira
sin despertar sospechas
vidas paralelas
ya no se tocan
el silencio baja
como lava opaca
se ensayan rictus
que nadie va a mirar
en la ducha
shampú en los ojos
cada uno en su órbita
la noche toda
es un cortejo de lunas
a caricia del agua
no puede durar.


En principio suena a que el autor de este libro es filósofo, un astrónomo, un astronauta por lo menos, pero es un hombre, acá, en la tierra, en las sierras cordobesas, en Cabana.
Un hombre que levanta la vista al cielo; y allá lejos, a millones de años luz, un otro que mira: un planeta, un ente desconocido, otro hombre, una luz que nos llega después de años de haber nacido.
El libro es el de un hombre en Cabana que mira, y la mirada ya no solo es hacia arriba o al horizonte, descansa en lo diario, a veces en lo milimétricamente cercano.
Entre arriba y nosotros todo: el tiempo, la tierra, el paisaje serrano, la mirada, el cuerpo, los ciclos, el shampú en los ojos que nos hace lagrimear, llorar, y que no encuentra alivio en el agua, pero quizás si en la luz.
Dice en otro poema breve de Shampú en los ojos:


los mensajes del día confirman
todo esta bien
el cuerpo elije resistir.
pronto se da cuenta de que no hay enemigo
parece que es así
con el sol
a ciento cuarenta y nueve millones de kilómetros
hay que agradecer
esta tibieza colgada en la ventana


Hermonos, a través del universo luces nos llegan desde planetas lejanos.
Cuántas son un recuerdo secreto de las que se apagaron, o se desprenden hoy de su fuente natal para viajar lejos, para llegarle a nuestros bisnietos en una noche fría.


A través del universo cada uno de nosotros, un planeta también, un sol en sí mismo, mucho más cercanos, emitiendo luces que bien pueden tardar años en llegarnos.
Agradezcamos oyente, como dice en el poema, esa tibieza colgada en la ventana.




Para leer más de Jorge Naparstek:
http://esatibiezacolgadaenlaventana.blogspot.com/
http://poetasalvolante.blogspot.com/2007/10/jorge-naparstek.html
http://laseleccionesafectivas.blogspot.com/2006/07/jorge-naparstek.html


*"Temporada de migrañas"columna para el programa radial "Sangre de monos" http://www.subcodefiestas.com.ar/

You Might Also Like

0 tenían algo que decir: