Alejandro

7/08/2011 02:26:00 p.m. Quir-k (Juana Luján) 0 Comments

cuando todo lo demás se transformó en neblina o liebre del fracaso, tu hierro y tu deseo, la historia o las estrellas; acaso entonces, aparezca la poesía, su rostro de oro corroído y su amor y su endecha...entonces puede abrir su boca, soltar silencio con una mano definitiva de dolor, ofrenda o sinsentido y también... podría estar allí, la niña de vivir, los encallados... acaso la poesía sea nomás esos papeles que arden contra el viento, debajo del agua, en medio de la tierra y puede tu mano sentir su aire al fin abriendo el instante y el desierto… 

El poeta Alejandro Schmidt nació en 1955 en Villa María, editó una treintena de libros en poco más de dos décadas -algo bastante inusual en los poetas-, numerosas plaquetas, antologías y revistas de poesía como la renombrada “alguien llama”, además de su trabajo como editor en la editorial Radamanto, director de colección en editorial Recovecos y difusor de literaturas que circulan por fuera de los circuitos oficiales. 
Prolífico. Polémico. Místico. Ermitaño y magnético, Schmidt se ha vuelto un referente en la literatura cordobesa y nacional aún cuando en muchas oportunidades esté desplazado, a veces por su propia voluntad, de los centros de poder de la cultura. 
Su manera es distinta de la que impera en el mundo editorial: generalmente alguien publica un poema sólo cuando cree que está listo, o por lo menos cuando cree que, aunque no está listo, ya no puede arreglarlo más… 
Alejandro Schmidt en cambio piensa que un poema, como una persona, “debe asumir el riesgo, la desprolijidad, el exceso.” 
en esa búsqueda incansable de lo humano afirma que prefiere “los recortes, lo que se desecha, borrones, tachaduras, no el objeto acabado, la conclusión, el punto final, sino los pedazos vivientes, los sueños, los tumultos de la sangre... ¿no opera acaso así nuestro corazón, nuestra cabeza?” dice. 

y así como en la vida uno no puede volverse hacia atrás en el tiempo para corregir lo hecho sino que modifica en el presente: un día corregido con el siguiente, una palabra dicha, con la que viene luego, así este autor decide que va a corregir sus poemas uno con otro y con otro… 
cuando leo esto siento que estamos hablando de la depuración de una técnica y no de un objeto, porque no habla de los poemas sino de la poesía, esa urdimbre invisible que subyace a cada texto y los conecta entre sí… Schmidt es en cierto modo un Samurái ensayando desde los 13, buscando el poema verdadero pero que ha decidido que mientras tanto puede divertirse explorando los límites de la técnica y sus propios limites también. 

en el sitio “Las Afinidades Electivas” dice “Escribo casi todos los días, ceniza, perlas, florcitas de plástico y también mi lírica de dolor y de veneno...” y agrega ”va saliendo la poesía, va saliendo de esa tripa y uno no sabe qué es, ni maneja ni controla nada, salvo alguna corrección inevitable, alguna prudencia en publicar, alguna música.” 

Les voy a leer un poema del libro Llegado Así editado en el 2005 en Editorial Recovecos, el poema se llama “Vida de una mosca” 

Vida de una mosca 
Mas que la ceguera de homero 
o el huevo que en el caos 
deposita la noche 

importa ahora 
la vida de esa mosca que despertó tu siesta 

lejos del periódico con que la acechaste 
reposa en el techo 

vibrante.

(*) columna "temporada de migrañas" emitida en el programa radial "Sangre de monos"

http://www.subcodefiestas.com.ar/2011/09/alejandro.html

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