Gelman
“Recuerdo un poema chino, anónimo, escrito hace 3500 años: Un pastor cuida el rebaño, con un frío intenso, lejos de su mujer que está en el hogar y la imagina al lado del fuego, cosiendo; el último verso dice: Él escucha el ruido de sus tijeras bajo la noche profunda. El hecho de que ese poema se haya escrito hace tantos años y todavía nos emocione, quiere decir que hay un tejido humano imposible de romper, una capacidad de belleza imposible de aniquilar. Después, cada cual con sus dolores se las arregla como puede”
Estas son las palabras de Juan Gelman, quien estuvo ayer y anteayer en Córdoba.
Para aquellos que no lo conocen Gelman es un gran poeta argentino, al punto que muchos lo consideran el mayor poeta vivo de habla hispana.
Hoy tiene 80 años. Aprendió a leer a los 3, escribió su primer poema a los 9, publico por primera vez a los 11, se volvió comunista a los 15.
Estuvo preso por sus ideas, pasó por el partido comunista y por Montoneros y de ambos se alejó por diferencias ideológicas (lo que le cayó bastante mal especialmente al movimiento Montoneros, que lo acusó de traición y lo condenó a muerte).
Estaba en el exterior cuando la última dictadura se instalo en Argentina y desde allá denunció lo que sucedía en nuestro país: de hecho sus gestiones lograron el primer repudio publicado en 1976 en el diario Le Monde a la dictadura argentina, realizado por varios jefes de gobierno y de la oposición europeos.
Durante esta oscura parte de la historia nacional fueron secuestrados su hija, su hijo y su nuera, que estaba embarazada de siete meses. Su hijo y su nuera desaparecieron, junto a su nieta nacida en cautiverio, la cual recuperó recién en el año 2000.
Gelman fue periodista, jefe de redacción de la revista Panorama, secretario de redacción y director del suplemento cultural del diario La Opinión , secretario de redacción de la revista Crisis junto a Galeano y jefe de redacción del diario Noticias. Escribió también durante muchos años las contratapas del diario página 12, columnas que se pueden leer reunidas en el libro “prosa de prensa”.
Escribió en su villa Crespo natal tanto como en el exilio más crudo, su poesía ahondó sobre las raíces de la lengua, introdujo el humor y el absurdo e intentó siempre construirse a partir del lenguaje cotidiano, lo coloquial, lo urbano si se quiere, lo social. En definitiva una poesía más viva y un poeta más humano, alejándose de aquella idea de Neruda de que el poeta era un ser elegido.
En honor a la verdad tengo que decir que quiero enormemente a Gelman. Es decir: no solo lo admiro y lo respeto sino que lo quiero: durante mi adolescencia leí solo narrativa, recién a mis 20 años leí un libro suyo y quede tan maravillada que leí otro y otro sin parar, así que se podría decir que en parte es por la poesía de Gelman que volví a leer poesía, a amar la y después a escribirla.
Es parte de lo que soy, así que si alguno pretendía objetividad en este caso no la va a encontrar. tener un libro firmado por él es para mí algo simplemente inexplicable.
Además tengo que decir, a riesgo de que me llamen cínica, que nunca fui muy adepta a los poemas de amor, algunos se me hacen demasiado babosos otros me parecen berretas y la mayoría simplemente falsos, pero Gelman esquiva todas las balas y ofrece en la hoja plena los mejores poemas de amor que haya escuchado, sinceros, llanos, verdaderos.
Por todo esto es que resultó tremendamente difícil elegir un poema para leerles, porque la verdad es que si fuera por mí les leo un libro entero, así que he elegido un poco por selección y un poco por azar este que se llama oración de un desocupado y que es muy representativo de esta poesía social que caracteriza a Gelman:
Oración de un desocupado
Padre,
desde los cielos bájate, he olvidado
las oraciones que me enseñó la abuela,
pobrecita, ella reposa ahora,
no tiene que lavar, limpiar, no tiene
que preocuparse andando el día por la ropa,
no tiene que velar la noche, pena y pena,
rezar, pedirte cosas, rezongarte dulcemente.
Desde los cielos bájate, si estás, bájate entonces,
que me muero de hambre en esta esquina,
que no sé de qué sirve haber nacido,
que me miro las manos rechazadas,
que no hay trabajo, no hay,
bájate un poco, contempla
esto que soy, este zapato roto,
esta angustia, este estómago vacío,
esta ciudad sin pan para mis dientes, la fiebre
cavándome la carne,
este dormir así,
bajo la lluvia, castigado por el frío, perseguido
te digo que no entiendo, Padre, bájate,
tócame el alma, mírame
el corazón,
yo no robé, no asesiné, fui niño
y en cambio me golpean y golpean,
te digo que no entiendo, Padre, bájate,
si estás, que busco
resignación en mí y no tengo y voy
a agarrarme la rabia y a afilarla
para pegar y voy
a gritar a sangre en cuello
por que no puedo más, tengo riñones
y soy un hombre,
bájate, qué han hecho
de tu criatura, Padre?
un animal furioso
que mastica la piedra de la calle?
no hay manera de resumir en pocas líneas todo lo que un hombre de 80 años ha vivido, no hay manera de poner en esas líneas la historia de este poeta y mucho menos su poesía, así que después de mucho intentar me he resignado al hecho de que no cabe en esta columna todo lo que Gelman hizo y es porque las palabras no me alcanzan y como decía él en uno de sus poemas, “el amor es una cosa y la palabra amor es otra cosa/ y sólo el alma sabe dónde las dos se encuentran”. No hay con que darle: nada reemplaza la experiencia de leerlo, hay amores, pasiones que no se explican, que no siempre se transmiten, simplemente se viven o no…
por eso no me queda mas que pedirles, no como un ruego o como una orden, sino como quien quiere compartir lo mejor de si mismo pero necesita que haya otra persona en el extremo opuesto de la cuerda, al otro lado de la radio en este caso, digo: les pido, lean a Gelman.
Quizás descubran que es cierto eso de que hay un tejido humano imposible de romper, una capacidad de belleza imposible de aniquilar.
(*) columna "temporada de migrañas" emitida en el programa radial "Sangre de monos"
http://www.subcodefiestas.com.ar/2011/08/gelman.html
Estas son las palabras de Juan Gelman, quien estuvo ayer y anteayer en Córdoba.
Para aquellos que no lo conocen Gelman es un gran poeta argentino, al punto que muchos lo consideran el mayor poeta vivo de habla hispana.
Hoy tiene 80 años. Aprendió a leer a los 3, escribió su primer poema a los 9, publico por primera vez a los 11, se volvió comunista a los 15.
Estuvo preso por sus ideas, pasó por el partido comunista y por Montoneros y de ambos se alejó por diferencias ideológicas (lo que le cayó bastante mal especialmente al movimiento Montoneros, que lo acusó de traición y lo condenó a muerte).
Estaba en el exterior cuando la última dictadura se instalo en Argentina y desde allá denunció lo que sucedía en nuestro país: de hecho sus gestiones lograron el primer repudio publicado en 1976 en el diario Le Monde a la dictadura argentina, realizado por varios jefes de gobierno y de la oposición europeos.
Durante esta oscura parte de la historia nacional fueron secuestrados su hija, su hijo y su nuera, que estaba embarazada de siete meses. Su hijo y su nuera desaparecieron, junto a su nieta nacida en cautiverio, la cual recuperó recién en el año 2000.
Gelman fue periodista, jefe de redacción de la revista Panorama, secretario de redacción y director del suplemento cultural del diario La Opinión , secretario de redacción de la revista Crisis junto a Galeano y jefe de redacción del diario Noticias. Escribió también durante muchos años las contratapas del diario página 12, columnas que se pueden leer reunidas en el libro “prosa de prensa”.
Escribió en su villa Crespo natal tanto como en el exilio más crudo, su poesía ahondó sobre las raíces de la lengua, introdujo el humor y el absurdo e intentó siempre construirse a partir del lenguaje cotidiano, lo coloquial, lo urbano si se quiere, lo social. En definitiva una poesía más viva y un poeta más humano, alejándose de aquella idea de Neruda de que el poeta era un ser elegido.
En honor a la verdad tengo que decir que quiero enormemente a Gelman. Es decir: no solo lo admiro y lo respeto sino que lo quiero: durante mi adolescencia leí solo narrativa, recién a mis 20 años leí un libro suyo y quede tan maravillada que leí otro y otro sin parar, así que se podría decir que en parte es por la poesía de Gelman que volví a leer poesía, a amar la y después a escribirla.
Es parte de lo que soy, así que si alguno pretendía objetividad en este caso no la va a encontrar. tener un libro firmado por él es para mí algo simplemente inexplicable.
Además tengo que decir, a riesgo de que me llamen cínica, que nunca fui muy adepta a los poemas de amor, algunos se me hacen demasiado babosos otros me parecen berretas y la mayoría simplemente falsos, pero Gelman esquiva todas las balas y ofrece en la hoja plena los mejores poemas de amor que haya escuchado, sinceros, llanos, verdaderos.
Por todo esto es que resultó tremendamente difícil elegir un poema para leerles, porque la verdad es que si fuera por mí les leo un libro entero, así que he elegido un poco por selección y un poco por azar este que se llama oración de un desocupado y que es muy representativo de esta poesía social que caracteriza a Gelman:
Oración de un desocupado
Padre,
desde los cielos bájate, he olvidado
las oraciones que me enseñó la abuela,
pobrecita, ella reposa ahora,
no tiene que lavar, limpiar, no tiene
que preocuparse andando el día por la ropa,
no tiene que velar la noche, pena y pena,
rezar, pedirte cosas, rezongarte dulcemente.
Desde los cielos bájate, si estás, bájate entonces,
que me muero de hambre en esta esquina,
que no sé de qué sirve haber nacido,
que me miro las manos rechazadas,
que no hay trabajo, no hay,
bájate un poco, contempla
esto que soy, este zapato roto,
esta angustia, este estómago vacío,
esta ciudad sin pan para mis dientes, la fiebre
cavándome la carne,
este dormir así,
bajo la lluvia, castigado por el frío, perseguido
te digo que no entiendo, Padre, bájate,
tócame el alma, mírame
el corazón,
yo no robé, no asesiné, fui niño
y en cambio me golpean y golpean,
te digo que no entiendo, Padre, bájate,
si estás, que busco
resignación en mí y no tengo y voy
a agarrarme la rabia y a afilarla
para pegar y voy
a gritar a sangre en cuello
por que no puedo más, tengo riñones
y soy un hombre,
bájate, qué han hecho
de tu criatura, Padre?
un animal furioso
que mastica la piedra de la calle?
no hay manera de resumir en pocas líneas todo lo que un hombre de 80 años ha vivido, no hay manera de poner en esas líneas la historia de este poeta y mucho menos su poesía, así que después de mucho intentar me he resignado al hecho de que no cabe en esta columna todo lo que Gelman hizo y es porque las palabras no me alcanzan y como decía él en uno de sus poemas, “el amor es una cosa y la palabra amor es otra cosa/ y sólo el alma sabe dónde las dos se encuentran”. No hay con que darle: nada reemplaza la experiencia de leerlo, hay amores, pasiones que no se explican, que no siempre se transmiten, simplemente se viven o no…
por eso no me queda mas que pedirles, no como un ruego o como una orden, sino como quien quiere compartir lo mejor de si mismo pero necesita que haya otra persona en el extremo opuesto de la cuerda, al otro lado de la radio en este caso, digo: les pido, lean a Gelman.
Quizás descubran que es cierto eso de que hay un tejido humano imposible de romper, una capacidad de belleza imposible de aniquilar.
(*) columna "temporada de migrañas" emitida en el programa radial "Sangre de monos"
http://www.subcodefiestas.com.ar/2011/08/gelman.html
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