wabi-sabi y monos

Debido a que Wabi-Sabi representa una de las bases estéticas fundamentales de la cultura Nipona, resulta muy difícil traducirlo a términos occidentales. Según Leonard Cohen, Wabi-Sabi es uno de los rasgos más característicos de la belleza tradicional japonesa, y ocupa aproximadamente la misma posición en el panteón japonés que los valores estéticos de los ideales de belleza griega y perfección occidental.


Solamente que Wabi-Sabi, es la belleza de las cosas imperfectas, impermanentes e incompletas.
Y yo adhiero a esta concepción de la belleza.


Es la belleza de las cosas modestas y humildes, de todo lo que es impermanente, imperfecto e incompleto. Es la belleza de las cosas originales, únicas.


Como esta estrictamente relacionado con la cultura zen, la esencia del Wabi-Sabi reside en la manera trascendente de mirar y vivir las cosas y la vida.
Es un paradigma estético basado en la naturaleza que devuelve, la perspectiva de las cosas, la sensatez al arte de vivir.


No consiste en simplemente “aceptar” las cosas imperfectas sino que las considera la escencia misma de la belleza. 
Wabi-Sabi es la belleza de las cosas mudables e incompletas.
Es la belleza de las cosas modestas y humildes.
Es la belleza de las cosas no convencionales.


Implica pisar levemente el planeta y saber valorar lo que se encuentra, aunque sea algo pequeño, en el momento en que se encuentra. 
Este paradigma estético soluciona el dilema artístico acerca de cómo crear cosas bellas sin quedar atrapado en el excesivo esteticismo, el materialismo, el exitismo y todos los ismos que generalmente envuelven en occidente a los actos creativos. Y este precepto no es admitido en occidente, o por lo menos no se entiende de esta manera, más bien diríamos que solemos entender a la belleza por lo opuesto a Wabi-Sabi. 
Sin embargo -tal como dijeran en Matrix, la película- los humanos no soportamos la perfección absoluta: Todavía recuerdo aquella vez que un ilustrador famoso contó que para varios de los dibujos animados que ilustraba mandaban a hacer los decorados, los fondos, digitalmente a algún lugar de oriente. De allí venían excelsas arquitecturas que eran minuciosamente deformadas para ser aceptadas por el ojo humano. 


El wabi-sabi -profundo, humano, sabio y compasivo- parece el antídoto perfecto para la belleza tan pulida, edulcorada y colectiva que está insensibilizando a la sociedad occidental


El buen escritor sabe que la imperfección es el hilo que conecta al lector con la historia, que las miserias y los detalles particulares son los elementos que vuelven a un personaje interesante, verosímil; que las historias sin sobresaltos son las menos atractivas.Y no hablo de escribir mal sino todo lo contrario: el buen escritor de tan bueno puede elegir cuándo y dónde hay que fallar para que un personaje pueda ser más humano.
 

Lo monos, en nuestra búsqueda constante de la felicidad, sabemos que el camino para encontrarla no esta al final de un arcoíris, que no la encontraremos en las cosas perfectas, pulidas y cronometradas sino en los detalles irrepetibles, en las cosas sencillas como una guitarreada de sábado por la noche, como un fernet con los amigos.


*columna para el programa radial "Sangre de monos" www.subcodefiestas.com.ar

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